viernes, 29 de septiembre de 2017

Resistencia

El abismo al que me enfrento cuela mis sentidos.
Polvo de estrellas me rodea
pero no hace más que seducirme.
Me siento engañada por esos juicios
desde el inicio de las eras
y los destellos de luz aún ciegan mis pupilas.

Anhelo un soporte, flotar sobre el tejado,
mas sigo conteniendo mis deseos.
Sigo buscando ser lo ideal, el ejemplo de las aves,
el aroma de una flor.
Todo emana de mí.

Y la nieve cayendo, cubriendo rosas, claveles,
el césped blanquecino, lo envuelto en lo efímero.
Corro, me niego, a mí misma me suprimo.
Me digo: No te detengas,
de ti depende ese abismo.

Sumiéndome en el hielo, qué calor me consume.
Las ventanas se abren, admiro el precipicio.
A veces deseo que la nieve caiga como suspiros,
que me cubra y arrope, y de detenerse,
me aflijo.

Estoy cubierta y solo esa voz,
solo esa voz me libera, me toma y me levanta.
Aquellas palabras se cruzan junto a las mías.
Paracaídas libres,
sosteniendo mi alma.

Observo desde el abismo
la presión en la que vivo.
Es la sociedad que invalida mi pensar.
Esta sociedad que me invita a vivir en fantasía,
Resiliente, me niego cada día más.

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