Ella no quería que ese momento terminara.
Podría sostener su mirada eternamente. ¿Qué importaba si no sabía su nombre?
El primer sentimiento que se fijó entre ellos había cambiado todo, y si ella pensaba que eso solo ocurría en los libros... Estaba muy equivocada.
El tiempo se detuvo.
Plácido.
Tibio.
Transparente.
Y él leía su mirada como si siempre la hubiese conocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario